Luca Prodan tuvo una vida al límite, jugando con fuego, como se dice comúnmente. Nació en Roma, en el año 1953, pero rápidamente, se fue a Escocia, a estudiar a Gordonstount, lugar en donde estudió junto al Príncipe Carlos de Inglaterra. Y allí arranca su leyenda. En su último año se escapa del colegio y su familia acude a la Interpol, que lanza un alerta y lo empieza a buscar desesperadamente, pero sin éxito. Luca estaba de vuelta en Roma.
Luego de allí, desembarcó en Londres, donde formó su primera banda: "The New Clear Heads" y además, conoció una aliada que lo siguió hasta el fin de sus días: la heroína. Y estando en la capital de Inglaterra, recibió una carta de un amigo, Timmy McKern, que había estado con Luca en Escocia y en Londres. Junto a la carta, McKern, le había enviado una foto de las Sierras de Córdoba.
Prodan, en Córdoba y luego en Hurlingham, fundó una de las bandas más relevantes e importantes en la historia del rock nacional, "Sumo", que juntó a "Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota", "Soda Stereo" y demás bandas, refundaron el género, que había sido hiper castigada por la dictadura militar.
Junto a Germán Daffunchio, Ricardo Mollo, Alejandro Sokol, Alberto Troglio y Roberto Pettinatto, Luca saltó a la inmediata fama, aunque siempre fue reactivo a la misma, no soportando la presión que a veces conlleva el estrellato.
"Sumo" tan solo lanzó tres discos: "Divididos por la Felicidad" (su primer disco en el '87); "Llegando los Monos", acaso su disco más famoso; y "After Chabón", con el himno absoluto de la banda en "Mañana en el Abasto", en donde detalla en una forma genial el paisaje de Buenos Aires.
Pero si hubo que algo que Luca nunca dejó, fueron los vicios. Cambió la heroína por el alcohol, más exactamente, por la ginebra. Fue famoso por tomar litros y litros de ginebra durante recitales, mientras cantaba y hacia ademanes sobre el escenario.
Su final fue triste. Murió un 22 de diciembre de 1987, en la Capital Federal, en el barrio de San Telmo. Los que lo vieron ya sin vida, cuenta que tenía una mueca de felicidad en su cara. La causa de su muerte fue un paro cardiorrespiratorio a causa de una hemorragia interna debido a una grave cirrosis hepática. Su vida de excesos tuvo su peor desenlace. El 20 de diciembre había dado su último concierto, con "Sumo", en la cancha de Los Andes y ya tenía un aspecto muy deteriorado que no era nada nuevo.
Aunque él no está más, aunque "Sumo" se haya separado luego de su muerte, dos bandas lo mantienen entre la gente, dos bandas que, por uno u otro camino, continúan con la llama del italiano. Una, liderada por un gran amigo suyo, Germán Daffunchio, su otro creador, Alejandro Sokol, está con Luca, en algún otro lado. La otra, con una historia implacable y fundada por Ricardo Mollo y Diego Arnedo. "Las Pelotas" y "Divididos", nombres que provienen de una respuesta épica de Luca ante unos rumores de separación: "¿Divididos? ¡Las Pelotas!
A más de 20 años de su partida, el italiano más argentino de todos, sigue vivo en cada recital, en cada homenaje, en cada película en honor a un tipo que construyó uno de los pilares en la reconstrucción del rock nacional. Y como está escrito en muchas paredes de la Capital Federal y a lo largo del país: "Luca Not Dead". Su legado jamás morirá.